Todos los despertares tienen algo de esperanza y un poco de incertidumbre. Me imagino que al mirar a través de la ventana de tu interior, se ve un paisaje diferente al que puedes observar tras los cristales de la ventana de tu habitación. No tienen porque coincidir y creo que el más relevante, el que hará tu mundo real, es aquel que lleves dentro, pues su composición, sus colores y la definición de sus contornos serán los que marcarán tus pasos, y tu posición ante el mundo que te rodeará ese día.
Para mí, este año que ha comenzado es uno de esos amaneceres. El tiempo, en este caso, no importa; un día, un año, toda una vida... toda una vida.
He mirado varias veces, porque te aseguro que no me convencía mucho lo que se presentaba ante mis "ojos". Podría asemejarse a la foto que encabeza esta entrada, pero te aseguro que cuando apreté el disparador de mi cámara me pareció una visión bella, reflexiva, profunda...
Voy a dar mi primer paso en este blog, que espero reuna un poco de mí, de todo aquello que conformará mi gran viaje por este nuevo camino desconocido y lleno de posibilidades. Hay tantas ilusiones puestas, tantas empresas por desarrollar, tantas ganas de vivir, que los miedos y los problemas no van a poder secar la fuente de mis sueños; porque a mis cincuenta y dos años, sigo teniendo sueños... ¿Tú no?
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