viernes, 6 de abril de 2012

Otra vida es posible.

Cada vez que paso algo de tiempo en estos maravillosos parajes del Ocejón, siento como poco a poco me va invadiendo una sensación de profundo alejamiento de la "realidad" narrada por los medios de comunicación. Será porque no leo el periódico, y cuando comienzan las noticias, yo me predispongo a entrar en un mundo onírico, reparador y placentero.

Aquí la vida se encadena al canto de los pájaros, al sonido del viento contra las ramas de los robles, a la luz cambiante, al silencio más absoluto... Aquí la vida te reclama y te intenta arrastrar a su morada verdadera, al lado del hogar de los pensamientos inacabables. Comienzas a pensar, si otra vida es posible. Otra vida sin tantos trastos inútiles, sin tantas necesidades acumuladas, inservibles a la hora de intentar buscar un poco de felicidad.

El calendario desaparece y deja paso a un compás rítmico de días y noches. El frío, el sol, la nieve, la lluvia...no necesitas nada más para acoplarte al latir del corazón de la naturaleza, para saberte parte de ella, y respetarla hasta donde tu conciencia te permita.

Noto la "otra" vida como si de un recuerdo lejano se tratara. Los graves problemas se ven de otra manera. A lo mejor no son tan graves, si los miramos desde otro punto. Me temo que estamos metidos en un baile macabro que no tiene fin, que no nos deja descansar ni pensar con claridad. Problemas económicos, oscuras relaciones sentimentales, amistades egoístas, trabajos repetitivos y monótonos, confusión y miedo...

No estamos diseñados para el cambio. Nos da pavor modificar nuestras costumbres, o pensar en desterrar nuestras tres o cuatro convicciones- Nos encanta la rutina, de tal manera, que aunque esta sea miserable y triste, la preferimos a lanzarnos a lo desconocido, al cambio. Recuerdo, que en mi vida profesional, cuando algo me iba mal, pensaba solo en que tenía que provocar un cambio. Daba igual, en qué o en dónde; cualquier cambio se multiplica, se expande, y termina por llegar a ti, y removerte.

Seas, quien seas; otra vida es posible, solo que a lo mejor ya tienes la que quieres, si no es así, está en tu mano dar el primer paso. Tendrás que abandonar la mayoría de tu inútil "equipaje", pesa mucho y ya verás como te sirve de poco. En el buceo, tenemos una máxima que sirve para el día a día: Si tienes un problema; párate, descansa y respira, piensa... y actúa.

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