martes, 21 de febrero de 2012

La culpa de la crisis financiera es de... las matemáticas



En muchos ambientes de esta sociedad, hay un axioma vigente indiscutible:

A) La ciencia debe ser la salvadora de la humanidad, suplantando por completo al oscurantismo de las religiones.

Pero si reflexionamos un poco, veremos, que para el común de los ciudadanos, es tan oscura como las religiones. Desconocemos por completo sus procesos, y sus técnicas, solo nos llegan sus pretendidos resultados. Miremos donde miremos, nos encontramos con sus logros; coches, televisiones, medicina, aviones, alimentación... todo lo que nos rodea, es un resultado de la evolución tecnológica que nos ha hecho poder vivir como lo hacemos. Pero... ¿son todo logros positivos? ¿es exacta? Yo mantengo que no. Muchos avances suponen un grave peligro para la humanidad. Ese peligro solo es percibido por todo el mundo, cuando ya son resultados. No hay posibilidad, ni capacidad de controlar los procesos de investigación. Es como si cuando Santo Tomás discurría sobre la manera de conjugar filosofía y teología, hubiera habido un comité de seguimiento formado por todos los estamentos de la sociedad de su época, que fuese midiendo las consecuencias de sus resultados.

Estamos en mano de la ciencia, y no estamos en disposición de señalarla con el dedo como culpable de algo, hasta que, o sucede algo horrible, y aun así, el fallo siempre suele ser humano, por su manipulación; me suena a la misma conclusión de cualquier religión.

Pero hay otros procesos dentro de la ciencia, que son mucho más peligrosos; las simulaciones matemáticas. Estas simulaciones son habituales en campos como la climatología, geología, seguridad nuclear... y riesgos financieros. Los procesos matemáticos involucrados en la determinación de los riesgos a los que se pueden enfrentar las entidades financieras, basados todos en las simulaciones de los escenarios posibles, saltaron por los aires en el 2008. La intención de introducir todas las variables posibles en una fórmula matemática, para que intente predecir un escenario real, es como poco, de visionarios.

Cuando la banca de inversión comenzó a diversificar sus productos, tratando de elevar la complejidad de los mismos, también fue necesario buscar nueva metodología de la medición de riegos. Fue en ese momento, cuando se dió entrada a matemáticos, físicos e ingenieros, en los departamentos de estructuración y medición de riesgos. Los directivos de esas entidades, ignorantes de esa técnica,  dieron por sentado la contundencia de las formulaciones y se basaron en ellas, para evolucionar en su negocio. No estoy hablando de cálculos financieros, estoy hablando de riesgos, como por ejemplo: ¿qué posibilidades hay de que la empresa ABC quiebre en el  plazo de 5 años?
Si os paráis a pensar, os daréis cuenta de la cantidad de factores que entran en esa previsión. Factores imposibles de introducir en una fórmula; desde que algún loco produzca un sabotaje al producto, hasta que su principal fábrica salte por los aires por cualquier fuerza de la naturaleza, pasando por un cambio radical del gusto de los consumidores. Si tuviésemos que simular todos los posibles escenarios, entraríamos en el campo cuántico; todo llegará.

Curioso, lo de ser escéptico.Y dicho esto, ¿Qué podemos esperar de otras simulaciones? como la del cambio climático.

Cuando hay desgracias o problemas, lo más necio es buscar un solo responsable. En todos los casos el "Todo" ha tenido la culpa. Claro que hay una conexión entre los componentes de ese Todo, solo que nosotros no somos capaces de procesarlo.

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