domingo, 12 de febrero de 2012

Reforma laboral


Pues a mí, de entrada, no me suena mal.
Cuando oigo hablar a los sindicatos sobre los empresarios y los trabajadores, siempre se me viene a la cabeza una imagen de las minas inglesas del XIX. ¿Por qué será? El lenguaje que se utiliza juega con las imágenes que las palabras representan, tanto es así, que podéis comprobar como poco a poco, se va utilizando un adjetivo; emprendedor, por un sustantivo; empresario. Resulta que en castellano correcto puede haber un empresario que no es emprendedor, y un emprendedor que a la vez puede ser empresario. Lo que se busca con esta modificación, es precisamente trasladarnos a todos una imagen mental alejada del empresario utilizado en el lenguaje sindical; un señor gordo y calvo, encendiendo un puro con billetes de 500 euros, mientras una figura enjuta y desharrapada le limpia los zapatos. No sé, esta representación a mi solo me suena a las viñetas de TBO que leía de pequeño.
En otra entrada de este blog, ya dejé claro que necesitamos tanto al adjetivo como al sustantivo. La tan manida frase de Miguel de Unamuno: "¡que inventen ellos!" me puede servir para representar lo que quiero decir. El trabajo no se crea por generación espontánea, ni aparece por arte de magia, hay que crearlo. El trabajo no lo tiene encerrado en una caja un vil villano, y lo reparte a quién le da la gana.
Quiero decir, que a veces cuando oigo reclamar trabajo, parece que tenemos derecho a algo porque sí, lo reclamamos a diestro y siniestro, como el pichón que reclama a sus procreadores la papilla nutritiva.

Los sindicatos han cumplido con su misión histórica; no hay duda. El mismo sistema capitalista, tiene en sus genes la evolución y el cambio, solo que ese gen, se activa en una situación desesperada. Los sindicatos han luchado por activar ese gen, intentando que no hubiera que esperar al límite del colapso.

Vivimos en una sociedad que nos permite tener un grado de desarrollo personal, impensable en otra época; pero creo que esta conquista la estamos desaprovechando. Solo nos dedicamos a reclamar nuestros derechos, derechos que se han venido consiguiendo con lucha y esfuerzo. Ahora lo queremos todo sin mover un solo dedo, sin esfuerzo, sin lucha personal. Tenemos un gran abanico de posibilidades para formarnos, para pensar, para desarrollar, para crear... ¿Lo estamos haciendo? O por el contrario esperamos "¡que inventen ellos!"

Tenemos que reclamar aquello que nos corresponde por esfuerzo, ya seamos empresarios, emprendedores o empleados. Frente al rechazo frontal a esta ley quejándonos sobre los días que corresponden como despido, la duración del contrato o el motivo del despido, luchemos para desarrollar, en esta reforma, aquellos puntos que nos interesan a todos. Es reponsabilidad de los sindicatos, dejar de actuar como en el siglo XIX, y sentarse con el gobierno para negociar:

- Desarrollar el marco de retribución variable dentro de la empresa
Si la empresa puede reducir salarios, o variar condiciones de trabajo debido a su falta de actividad, en los ciclos positivos de crecimiento y de beneficios, los empleados tienen que tener claro su participación en esa mejoría.

-Exijir responsabilidades personales a los malos gestores y/o popietarios
Una mala gestión,  puede provocar que los empleados, aun habiendo sido responsables y haber aportado todo lo posible, se queden sin empleo. Lo magro de este punto, es la regulación de esas malas practicas de los gestores que provoquen la quiebra de una compañía.

-Elección de cursos de formación específica por empresa.
Eliminar los recursos entregados a la patronal y a los sindicatos para cursos de formación, con cargo a los  presupuestos generales (lo pagamos todos), a cambio de que cada compañía decida qué cursos son los que van a recibir esa subvención. Las materias y los cursos tendrán que estar relacionados con la actividad de la empresa, y serán elegidos por un comité con represetantes de la dirección y de todos las áreas de la compañía, sean o no sindicalistas.

Estos son algunos puntos que propongo. Seguro que hay más. Es en este sentido, hacia donde se deben de dirigir los esfuerzos de los sindicatos y trabajadores, y no solo en quejarse continuamente por todo.
La única pega que tiene pensar así, es que para defender estas reformas, hay que saber qué hacer, y me temo que nuestros sindicatos no están formados por "los primeros de la clase".

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