jueves, 8 de marzo de 2012

Hatshepsut. Un poquito de historia para descansar del día a día

Una de las historias que más me llamaron la atención cuando estudié el Imperio Nuevo Egipcio, y más concretamente la dinastía XVIII, fue la poco documentada vida de "este " faraón. (Sí, por más que les pese a los que discuten sobre el lenguaje sexista. Esta mujer no se paró en tonterías, tomó el poder y le importó tres pelotas llamarse faraón, y no faraona).
Corrían los años 1500 a.C. en Egipto. Un periodo poco convulso salvo por una revuelta en Nubia, que el faraón Thutmosis I zanjó como siempre en aquellos tiempos; exterminando a la población sin piedad.  Para la sucesión, Thutmosis I tenía un pequeño problema: de la esposa real tiene dos hijas, Hatshepsut y Amenfrure, y de una esposa secundaria, un hijo, así que resuelve que casando al varón con la princesa Hatshepsut, le da la legitimidad necesaria para ser el futuro Thutmosis II.
Con Thutmosis II se vuelve a producir el mismo fenómeno que venimos observando en toda la dinastía: de la Gran Esposa Real Hatshepsut, tiene dos hijas, Nefrure y Meritet-Hatshepsut, y de una esposa secundaria, de una concubina llamada Isis, un hijo llamado Thutmosis, que será el futuro Thutmosis III.

Como en otras ocasiones la solución parecía ser la de siempre; casar al hijo Thutmosis con una de las hijas de la esposa real: Nefrure. Algo se debió oler Thutmosis II, conociendo el caracter de su consorte real, que nombró rápidamente a Thutmosis III como heredero.  Cuando murió Thutmosis II y durante los primeros dos años, Hatshepsut solo fue regente de la jovencísima pareja, pero no tardó en hacerse con el trono ,adueñándose de todos los títulos masculinos, excepto el de Toro Poderoso; eso ya era demasiado.

Hatshepsut pertenecía a las grandes figuras femeninas de la dinastía XVIII. Estas mujeres tenían un gran protagonismos como grandes políticas, y como transmisoras de la pureza real, y además con todos los derechos en la vida civil, religiosa, política y jurídica. Nuestra protagonista reclamó su derecho al trono, y lo consiguió. Pero hay que decir que no estuvo sola en ese acceso al poder.

Entre otros, dos hombres estuvieron muy cerca de ella; Senmut, arquitecto jefe de Karnak, Luxor, Deir el-Bahari y Hermonthis. y Hapuseneb, "gran sacerdote de Amón, jefe de los profetas del sur y del norte". Como veréis, la estratégia de nuestro "faraón" queda clara; un hombre de estado y un estadista. No olvidemos que en Egipto, los arquitectos jefes, tenían un gran poder,por los enormes recursos que gestionaban, y no tengo nada que decir sobre los jefes de los sacerdotes.

Hapuseneb, le dio la bendición de los dioses, y Senmut... bueno parece que este personaje, además de tener un poder inmenso en el reino, lo tenía también en el tálamo de la reina.

Pocos datos hay para confirmar esta tesis, pero por lo que se ha podido descubrir, era amante de la reina cuando todavía estaba casada con Thutmosis II, es más, algunos autores afirman que una de las hijas de la reina; Nefrure, era hija de Senmut.

Ahora pasemos a la parte más romántica. No creo que fuese solo una cuestión de sexo o política; estaban realmente enamorados, hasta el punto de intentar unir sus destinos en el otro mundo. Solo hay que ver el complejo funerario de Deir el-Bahari, construido por él para su "faraón". No hay comparación con ningún otro en Egipto, por su belleza y equilibrio. Pero lo más llamativo, es que la tumba o mejor dicho, el templo dedicado a Senmut, se construyo justo debajo del de Hatshepsut.  Las excavaciones que se están llevando a cabo en esta "tumba", están a cargo de un equipo de arqueólogos españoles. Los últimos descreimientos han destapado la posibilidad de que aunque el cuerpo de Senmut no fue enterrado allí, eso ya se sabía, si estuvieran sus vísceras, como indica la presencia en una de las cámaras de los vasos canopos; recipientes que se utilizaban para guardas los órganos internos de las momias.

En definitiva, todo parece indicar que esta pareja quería que su amor perdurase para siempre, haciendo todo lo posible para que esto fuera así, a pesar de todos los enemigos que sin duda tendrían, como se demostró a la muerte de Hatsheput.

Una gran mujer y seguro que un gran amor. Mi pequeña contribución a la reinvicación de la verdadera "mujer", que no tiene nada que ver con "Bibianos Aidos", ni "Salgados".

 ¡Vaya por vosotras!


1 comentario:

  1. muy oportuna entrada, hoy día de la "mujer trabajadora". Un hurra¡¡ por todas nosotras que trabajamos dentro y sobre todo fuera de casa, donde tenemos que demostrar diariamente que valemos tanto o más que los aguerridos varones

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